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Una ventana

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Hace tanto tiempo que no escribo que me resulta extremadamente desaprendido. ¿Es eso posible? ¿Desaprender-se? Dejar de habitar-se en la progresiva cotidianidad para transformar-se lentamente en un ser casi inerte, automático y distante. No debería parecer extraño ¿verdad? esta vida que siempre me ha resultado errática, pesimista y... casi predecible. ¿No es esa una incoherencia?.  Entonces ¿qué sentido tiene?  He allí el punto. No lo hay. Verbigracia.  Y entonces les confirmo, hoy me he desaprendido, ya no soy, ya no habito, ya no creo. Solo me refugio en las pequeñas indulgencias que me ofrece la rutina, no hay sueños profundos, no hay compañía eterna, no hay viajes ni maestrías... La vida solo es una ventana llena de plantas.

Hécate (parte 1)

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 (William Blake, 1795) La separación de mis padres fue una realidad dolorosa que me tocó asumir cuando estaba bastante pequeña. Fue la primera dicotomía del amor que experimenté conscientemente y a pesar de ello no fui capaz de entender, en ese entonces y por mucho tiempo, a mi madre. Digo dicotomía porque el amor idílico que yo sentía por mi padre era tan fuerte que pensar en su ausencia y desamparo me abrumaba, no obstante, sus peleas con mi madre eran tan agresivas que aún imaginando el peso de su abandono llegué al punto de decirme a mí misma "es mejor que se vaya" y así fue. Sin embargo, conociendo ese sentimiento me era imposible comprender como mi madre no podía aceptar esa separación. ¡Cuánta arrogancia (o inexperiencia) de mi parte creer que es fácil desprenderse del que se ama aún cuando este te hace daño! Para esas épocas entré a la adolescencia con una figura paterna semiausente que se manifestaba a través de un beso cada mañana de saludo (porque mi padr

Lo real y lo imaginario (Extracto de High Fidelity)

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(Hablando por teléfono con la reportera) —Escucha, se me ocurre una cosa ¿por qué no te hago una cinta? (...) —Hacer una recopilación musical es un arte muy sutil. Obedece a muchas reglas. Estás usando poesía ajena para expresar lo que sientes. Es una cosa delicada. Así que para esta estoy pensando... estoy pensando... (Se abre la puerta y se quita los audífonos bruscamente, entra Laura) —¡¿Cuándo se va a acabar esto?! —¿Cuándo se va a acabar qué? —Nada. —¿Para quién es la cinta? —Para una chica que me entrevistó para El Reader. (Cambia la escena) —¿Qué voy a hacer? ¿seguir saltando de piedra en piedra toda mi vida hasta que no me queden piedras? ¿salir corriendo cada vez que otra mujer me despierte las tripas? He estado pensando con las tripas desde los 14 años y, francamente ya vi que el cerebro de mis tripas es pura mierda. (Entra Laura mientras él se encuentra esperándola en un mesa con una cerveza) —Hola. —Almuerzo con alcohol en día de clases. Qué li

El clavo - Juan Carlos Abril

Todo lo revivido se estremece. Repites las historias muy despacio con los nombres del mundo de los muertos pues lo bello, al final, resulta triste. Las huidas sin carrera son la imagen grotesca de los sueños, el agua que se escapa entre las manos y, por eso, prefieres cambiar aquellos nombres y lugares, dejar sólo los hechos con los sentimientos que arrastran. Puede ser una señal y casi te deslumbra. En el dolor, no obstante, el abrazo es más rápido que un cepo. Ser uno mismo, sí, pero antes ser de otros. De "Un intruso nos somete", Juan Carlos Abril (1997)

La soledad de no pertenecer - Clarice Lispector

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"Estoy segura de que en la cuna mi primer deseo fue el de pertenecer. Por motivos que ahora no importan, debía de estar siendo que no pertenecía a nada ni a nadie. Nací por nacer. Ya en la cuna sentí esta hambre humana y ha seguido acompañándome toda la vida, como si fuese un destino. Hasta el punto de que mi corazón se contrae de envidia y de deseo cuando veo a una monja: ella pertenece a Dios. Precisamente porque es tan fuerte en mí el hambre de entregarme a algo o a alguien me volví bastante arisca: tengo miedo de revelar cuánto lo necesito y lo pobre que soy. Sí, lo soy, muy pobre. Solo tengo un cuerpo y un alma. Y necesito más que eso. Quién sabe si empecé a escribir tan pronto porque, al escribir, por lo menos me pertenecía un poco a mí misma, aunque eso sea solo un triste facsímil. Con el tiempo, sobre todo en los últimos años, he perdido la capacidad de ser persona. Ya no sé cómo se hace. Y una forma nueva de la "soledad de no pertenecer" ha empezado a invadi

Tú no sabes amar - Julio Flórez

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Tú no sabes amar; ¿acaso intentas darme calor con tu mirada triste? El amor nada vale sin tormentas, ¡sin tempestades... el amor no existe! Y sin embargo, ¿dices que me amas? No, no es el amor lo que hacia mí te mueve: el Amor es un sol hecho de llamas, y en los soles jamás cuaja la nieve. ¡El amor es volcán, es rayo, es lumbre, y debe ser devorador, intenso, debe ser huracán, debe ser cumbre... debe alzarse hasta Dios como el incienso! ¿Pero tú piensas que el amor es frío? ¿Que ha de asomar en ojos siempre yertos? ¡Con tu anémico amor... anda, bien mío, anda al osario a enamorar los muertos!

Modernidad Líquida

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A mi ya me ofende un poco ver tanto cantante de reggaetón con esas pintan todas rockeras y sus chaquetas de cuero todas punkerizadas. Y en serio que no es por ser videosa, es que en realidad si me resulta lamentable que en la época actual, la ropa, ¡LA ESTÉTICA! ya no diga nada de las personas, cuando debería ser todo lo contrario. El elegir cierta prenda en vez de otra debería decir algo de ti. Si yo escojo un pantalón negro en vez de uno blanco es porque ese pantalón negro me hace sentirme más cómoda con lo que yo soy y quiero representar de mi misma, pero real, no falsamente como quien se pone una camiseta de una banda de la cual ha escuchado siquiera dos canciones ¿Así o más casposo? Yo jamás he sido de radicalismos pero entiendo un poco a la gente que lo es y defiende lo que de una u otra forma ha construido con esfuerzo y pasión. Yo solo les digo, no coman de pintas, que eso al parecer lo falsea cualquiera. #LaRopaDeberíaSerUnStatement #MeDasPenaCasposa

Preguntas sin respuestas

Al parecer la principal motivación de que yo escriba algo insipiente en este blog siempre será la tristeza. Aunque realmente no sé cómo definirlo, no tengo la certeza si es tristeza lo que siento. ¿Qué siento? ¿Cuánto siento? Estoy taciturna. ...¿Cuánto se puede perder de uno mismo por amar a un otro? ¿Cuánto he perdido de mi?

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¡Me estoy volviendo loca! Y me gusta. Así, tal cual. Me siento cautiva y al mismo tiempo con posibilidades infinitas, de ser y sentir, de explorar y crear. De tenerte. Y eso quiero, lo deseo, lo anhelo.

Quisiera ser tu predilecta almohada...

Quisiera ser tu predilecta almohada donde de noche apoyas tus orejas para ser tu secreto y ser las rejas de tu sueño: dormida o desvelada ser tu puerta, tu luz cuando te alejas, alguien que no trató de ser amada. Huir de la ansiedad que está en mis quejas, poder a veces ser lo que soy, nada, no tener nunca miedo de perderte con variación y honda infidelidad, jamás llegar por nada a concederte la tediosa y vulgar fidelidad de los abandonados que prefieren morir por no sufrir, y que no mueren. -Silvana Ocampo