Inconstante

Odio todo lo que escribo, de verdad nada me complace pero necesito hacerlo y quiero poder hacerlo, escribirle para que quizás entienda, así sea un poco, este mar de pensamientos que me inundan cuando no le veo... que me desespero, que el pecho se me revienta y que las cucarachas reviven para recordarme cada palabra mal dicha, mal entendida, del imaginario, del pasado, de lo que es y no, parte de nuestra historia, todo, todo eso combinado, enredado y atravesado, para hacerme sentir perdida, maltrecha y desgastada.

Siempre me contengo... soy buena haciéndolo y re-acomodándome. Es de humanos adaptarse, pero yo tiendo más al polo negativo del asunto, bien sabido es. Sin embargo, desgasto mis entrañas pensando, planeando y evitando también. Esa dicotomía persistente en mi... ser, hacer ¿fluir?...

Porque el fluir me haría contarle que quiero arriesgarme con él a sufrir mi tercera gran pérdida, que no puedo evitar considerarlo cada que siento como me planta una sonrisa de oreja a oreja, esa misma que trato de disimular porque soy "ruda". Que se me acelera el corazón cada que me dicen "ay, velavé como habla con el novio" mientras me ven sonreír con el celular en la mano.

Que una parte de mi quiere gritarle, aún con miedo a equivocarse, que le quiero, que ha sido la espera más bonita que mi paciencia ha superado y que recibirlo cada que puedo entre mis brazos es un privilegio que no pensé merecer.

Quiero hacerle feliz y que desee compartir su día a día conmigo, aún si no nos vemos, si no hablamos, pero que pueda y quiera lanzarme un "te he extrañado" como esos que mi alma evita vomitarle cada segundo que su presencia me falta.

Pero no puedo, mis temores son del mismo tamaño que mis inseguridades y lamento admitir que no tengo la voluntad para irrumpir en su comodidad, esa que desde el inicio me puso límites y esa que yo acepté tranquilamente porque siempre, como dije antes, he sido buena re-acomodando mis deseos.

Entonces... ¿por qué ahora estoy escribiendo esta mierda?

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