Lo real y lo imaginario (Extracto de High Fidelity)

(Hablando por teléfono con la reportera)
—Escucha, se me ocurre una cosa ¿por qué no te hago una cinta?

(...)

—Hacer una recopilación musical es un arte muy sutil. Obedece a muchas reglas. Estás usando poesía ajena para expresar lo que sientes. Es una cosa delicada. Así que para esta estoy pensando... estoy pensando...


(Se abre la puerta y se quita los audífonos bruscamente, entra Laura)

—¡¿Cuándo se va a acabar esto?!
—¿Cuándo se va a acabar qué?
—Nada.
—¿Para quién es la cinta?
—Para una chica que me entrevistó para El Reader.

(Cambia la escena)

—¿Qué voy a hacer? ¿seguir saltando de piedra en piedra toda mi vida hasta que no me queden piedras? ¿salir corriendo cada vez que otra mujer me despierte las tripas? He estado pensando con las tripas desde los 14 años y, francamente ya vi que el cerebro de mis tripas es pura mierda.

(Entra Laura mientras él se encuentra esperándola en un mesa con una cerveza)


—Hola.
—Almuerzo con alcohol en día de clases. Qué linda sorpresa... ¿estás nervioso por lo de mañana?
—No, la verdad no.
—¿Vas a hablar conmigo o me pongo a leer?
—Voy a hablar contigo.
—¿De qué vas a hablar conmigo?
—De si sí o no... te quieres casar conmigo.
—(Se ríe a carcajadas)
—Es en serio.
—Ya lo sé.
—Pues mil malditas gracias.
—Perdona. Hace dos días le estabas haciendo cintas a la chica del Reader. Así que perdóname si no me pareces el candidato más estable.
—¿Te casarías conmigo si lo fuera?
—¿A qué se debe esto?
—No sé. Ya estoy harto de pensar en eso todo el tiempo.
—¿En qué?
—Estas cosas. El amor y sentar cabeza y el matrimonio ¿entiendes? Quiero pensar en otra cosa.
—¡Ah! cambié de opinión. Esa es la cosa más romántica que he oído. Acepto.
—Nada más cállate, por favor. Te estoy explicando.
—La otra chica o la otra mujer, lo mismo da. Estaba pensando que sólo son fantasías. Siempre parecen maravillosas porque nunca hay ningún problema. O solo problemas lindos, como comprarse el mismo regalo de navidad, o ella quiere ver una película que yo ya vi... Luego llego a casa y tú y yo tenemos problemas de verdad... y no quieres ver una película y yo sí. No hay lencería sexy...
—Yo tengo lencería sexy...
—Sí, muy sexy. Pero también tienes la ropa interior que has lavado mil veces. Y ellas también la tienen. No la veo, porque no está en la fantasía ¡Estoy harto de la fantasía... porque no existe, en realidad. Nunca hay sorpresas y nunca, realmente...
—¿Te satisface?
—...te satisface, así es. Y estoy cansado de eso. La verdad estoy cansado de todo lo demás... pero aparentemente nunca me canso de ti, así que...
—Creo que sé de lo que hablas... pero ¿de verdad esperabas que aceptara?
—No sé. No pensé mucho en eso. Pensé que preguntar era lo importante.
—Bueno, ya preguntaste. Gracias.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Coreografía - Mía Gallegos

Tú no sabes amar - Julio Flórez

La soledad de no pertenecer - Clarice Lispector