...Del nefasto de la locura


... Quiero matarla, sueño como matarla, enterrando un cuchillo a través de su garganta mientras su sangre recorre mis manos, y lo disfruto, me libera... ¡Cuánto la odio! No existe cifra que defina cuanto la odio, cuando deseo erradicarla, me enferma su presencia y aun no estando presente me fastidia su existencia, Sí, de verdad odio a mi hermana.

... Me duele, siento el pesón en el pecho, una carga que no se libera y temo por el encuentro. Las lagrimas recorren mi cara y se deslizan por mi cuello hacía mis senos... Torrentes de excremento hecho poesía en mi rostro y aun no es agradable... ¿Quién dijo que todo arte es hermoso? El arte de la amargura no es más que una fatuidad infundada pero creo que si saliera de el, dando paso a la acción latente en mi, terminaría privándome de muchas otras cosas que espero y deseo, mas egoístas, mas de mi propio disfrute, quizás más transparentes como tomarme un copa de vino a la luz de las velas, algo que me haría feliz, muy en el sentido bohemio... Pero luego pienso, ¿qué tan feliz me haría matarla? Mucho, mucho más... 
Sería... Vilmente eximida.

Comentarios

  1. Este texto me hizo pensar mucho en la poesía de Leopoldo María Panero, mi poeta favorito, aquí te dejo un enlace por si te llama la atención

    http://amediavoz.com/paneroLM.htm

    Buena Vibra

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Viento en el árbol

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