¡Oye!

Quería escribirte pero realmente no siento la suficiente energía para hacerlo... buscarte, llamarte o algo parecido, no es lo que desee realmente, porque siento que a veces simplemente no se puede luchar contra el destino, con lo que se nos impone de zarpazo en la cara... esta ausencia.

Me prometí a mi misma no caer en lo mismo, tiempo atrás me dije y aún sigo pensando, quizás, no puedo asegurarlo con total certeza, que intentaría vivir cada pedazo del cuento con los brazos abiertos pero con el corazón cerrado, luego pensé que era mejor vivir, sin centrarme en razonar cada instante del suceso (es complicado no hacerlo)...

Eres nadie y lo eres todo, casi todo... quizá un poquito más de lo que me hubiese gustado, aun sintiendo cierto recelo pero inexplicable gusto con cada palabra, con cada suspiro, con cada silencio...

¿Qué sientes? mañas mías de hacer preguntas que pocos saben responder ¿cómo te sientes? las palabras no me bastan, eres la cosa más incomprensible de este mundo y yo soy la complicada...

No puedo decirte que realmente me he matado la cabeza pensando en cada detalle, ya no lo hago, porque hace mucho entendí que distraerse es la mejor forma de omitir responsabilidades, y adueñarme de las ideas del por qué simplemente te ausentaste... lo siento... no me interesa.

Tengo un par de cosas que confesarte: te extraño, quizá un poco menos intenso de lo que te gustaría pero te extraño a fin de cuentas, en una especie de necesidad apagada, algo así como un dolor de ti resignado al "pasará"... Debo confesarte también que, aún con mi naturaleza racional y crítica, alcancé a pensar en algo rosa, algo bonito, algo cursi... con vino y gatos, con lluvia y besos... Ahora mejor tomo café y me levanto a bañarme, debo ir a clases.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Coreografía - Mía Gallegos

La soledad de no pertenecer - Clarice Lispector

Tú no sabes amar - Julio Flórez