2020 ¡Qué puñetazo en la cara!
Nah, no lo creo. Recogemos lo que cultivamos. Yo por mi parte, tenía todo muy nublado, y sí, he sentido un puñetazo fuerte aunque no fue como que hubiese visto la mano amagando. Aquí estoy, completamente desubicada y queriendo acomodar este rompecabezas de la forma más sencilla que puedo y tengo de momento. Una vieja amiga, la escritura terapéutica. Mientras pago las cuentas que tengo pendientes, trato de salir de lo más inmediato, de lo que puedo, aún cuando el futuro y el hogar se ven tan difusos... ¿el hogar? ¿qué hogar? 230 mil pesos y yo con contrato laboral suspendido ¡Ser adulto apesta! Aunque si sigo repitiéndome esto tal vez termine por sabotearme la adultez, de la cual disfruto tanto como quiero. Ser adulto no está tan mal, lo malo en mi vida es haber tomado malas decisiones y no creerme aún el cuento de que puedo hacer algo bien (parece que ella no ha salido de los 16 y constantemente se ve así misma llorando detrás del mueble de la sala en su casa en la costa porque...